¿Qué son los aceites esenciales?

Son sustancias volátiles producidas por las plantas en sus raíces, troncos, hojas, frutos y flores. Las propias plantas los utilizan para su defensa, curación, reproducción, protección e incluso para atraer insectos que las ayudan en estos procesos.

Pueden ayudar en aspectos emocionales y físicos, permitiendo que controlemos nuestras emociones, aceleremos los procesos de cicatrización cutánea, y actuemos sobre grandes sistemas del cuerpo como el respiratorio, el cardíaco, el digestivo y el hormonal, contribuyendo también en procesos de adelgazamiento, mejorando la calidad del sueño, reduciendo la ansiedad y en diversas otras situaciones que todos enfrentamos a diario.

En su estructura, de forma microscópica, pequeñas bolsas almacenan estas sustancias, que son liberadas al aire por las flores en forma de aroma, o por el tronco, cuando se lesiona, en forma de resina. Los seres humanos podemos extraerlas mediante procesos de destilación, prensado en frío o con calor.

Los aceites esenciales pueden utilizarse de diversas maneras: tópicamente sobre la piel, por inhalación (que es la forma más eficaz y difundida, de ahí el término medicina aromática), y en algunos casos, con ciertos aceites específicos, también pueden ser ingeridos o empleados en gastronomía.

Los estudios científicos han confirmado que estas sustancias tienen el poder de ayudarnos en el tratamiento de una amplia variedad de afecciones a los seres humanos.